Hace pocas semanas hubo un incendio en el ramalillo del canal, que es el tramo que va desde el Canal de Castilla hasta la Dársena de Palencia. El incendio quemó las zarzas, que aunque solemos llamarlas «maleza» (algo malo) son en realidad el cobijo de muchos animalillos que hacen que se mantenga el equilibrio en la vida y la naturaleza en la que nosotros también vivimos. Muchos murieron, como por ejemplo este erizo, al que se le fundieron los pinchos…
Al quemarse las zarzas también quedó al descubierto un montón de basura que se ha ido acumulando porque hay gente que la tira y no hay nadie que la recoja. Nuestro Clan vio en esto una oportunidad de servicio a la comunidad y el domingo 14 nos presentamos allí con varias bolsas de basura dispuestos a dejar el lugar limpio de nuevo. No como estaba, porque por desgracia no podemos hacer renacer todas esas zarzamoras y enredaderas que daban verdor, sombra y frescura al paseo y que no son las culpables de que haya habido un incendio…
Estuvimos casi dos horas recogiendo botellas de cerveza, latas, restos de bricks de vino quemados etc etc. Todo reciclable, pero todo tirado allí. Como se puede ver, recogimos casi 100 kilos de basura y no pudimos acabar del todo la tarea (tendremos que volver a rematarla) porque nos quedamos sin bolsas en las que meter la enorme cantidad de botellas que encontramos, muchas de ellas rotas por el fuego.
Fijaros en la pila de botellas que hay en el suelo a la derecha de la foto y que ya no nos cabían en las bolsas.
Estas cosas deberían de hacernos reflexionar sobre nuestra responsabilidad. El fuego no lo causa la vegetación, sino alguien descuidado o con mala idea que lo prende. Las botellas y las latas nos las venden como «sin retorno», pero eso no quiere decir que no tengamos una responsabilidad de retornarlas allí donde no hagan daño. Quizá haya más voluntarios como nosotros para recogerlas, pero si no somos más responsables, los voluntarios no van a bastar.
En cualquier caso, VOLVEREMOS.